AMOR ENTRE HERMANOS- Gómez Lourdes 2do2da TT- Coord.Prof. Laura Papadakis

18.10.2021

Había una vez una nena llamada María, ella era la mayor respecto a sus otros dos hermanos, Felipe y Tomás. Sus padres no querían hacerse cargo de ellos, por eso los habían dejado con su odiosa y enojona tía Raquel.

-Tienen prohibido tocar o comer algo sin mi permiso, ¿me escucharon? -decía Raquel a los niños.

María y sus hermanos morían de hambre, ya que su tía no estaba en todo el día, recién regresaba en las noches, cansada y olvidaba cocinarles.

-María, tenemos hambre-dijeron una vez los hermanitos.

-Ya lo sé, yo también me muero de hambre-dijo María-Si comemos algo, tía Raquel se enojará.

-Pero tenemos mucha hambre-dijo Felipe.

-Lo siento, pero hoy tampoco vamos a comer-dijo triste María.

Así vivían los niños todos los días, deseando comer al menos una rodaja de pan. Una vez fue tanto el hambre que María se levantó y se dirigió hacia la cocina.

- ¡María, dijo que no toquemos nada! -gritó Tomás.

-Ya lo sé, pero no aguanto más, voy a cocinarles-dijo preocupada María.

- ¿Acaso sabes cocinar? -preguntaron los niños.

-No, pero voy a tratar de hacer memoria y recordar cómo lo hacía mamá-dijo ella.

María era solo una niña tratando de alimentar a sus hermanos. Miró en la heladera buscando hacerse una idea. Tomó unas verduras y ni ella se había dado cuenta que ahí era donde empezaba todo. Al rato ya tenía los platos preparados para sus hermanos.

-Lista la comida-dijo ella llamándolos. Los tres tomaron asiento y empezaron a comer, hacía mucho tiempo que no disfrutaban comidas, era tanta el hambre que los tres comieron el doble hasta llenar sus panzas. Fue tanta la casualidad que su tía Raquel regresó temprano y los vio tocando sus cosas.

- ¡Les dije que no toquen nada! -gritó enojada.

-Lo sentimos mucho-dijeron los niños.

- ¡¿Qué es esta porquería?!- preguntó probando el plato de María.

Por un momento se quedó callada, creemos que fue por asombro, pero su cara tenía una sensación rara. María había logrado cocinar aún mejor que su tía y eso hacía que Raquel odiara aún más a sus sobrinos.

-Esto está horrible y así se va a la basura-dijo la tía, aun sabiendo que no era cierto-¿Qué esperan?¡Se van a dormir!

Los niños pequeños se retiraron, pero a María no la dejó ir.

-María, mañana voy a tener visitas, así que tú vas a cocinar-Dicho esto se retiró.

La niña, a la hora de cocinar, puso manos a la obra y comenzó, algo rico iba a salir. Al rato ya tenía los platos servidos. Cuando comenzaron a llegar las visitas, María esperaba alguna felicitación, pero no pasó nada.

-Espero que les guste la comida que yo misma cociné-dijo la malvada tía.

Fue en ese momento en que se produjo la decepción de María. Desde ese día, la tía Raquel invitaba a gente y mentía que ella era la cocinera.

- ¡Qué bien cocinas, Raquel! - decían los invitados. Ahora los niños, por lo menos son pasaban hambre gracias a María, pero esa niña aún seguía triste, su tía la usaba solo para quedar bien con los demás.

-María, ¿por qué la comida todavía no está hecha? -preguntó Raquel preocupada.

-Estoy cansad, tía, me duelen las manos-dijo María.

-Eso no me importa, ponte a cocinar ahora mismo que ya es tarde-dijo casi gritando Raquel.

Al parecer, tarde era para ella, porque los invitados habían escuchado todo y también habían visto cómo ella maltrataba a sus sobrinos.

-Raquel, es solo una niña...

- ¿Por qué no cocinas tú?

-Míralos, parecen hambrientos, qué vergüenza me das, Raquel...

Dicho esto, todos los invitados se fueron.

- ¡Miren lo que han hecho! ¡Ahora están castigados, los voy a encerrar para siempre!

-No tocará a mis hermanos-dijo María

- ¡Quítate! -dijo Raquel.

- ¡Cuidado María! -gritaron los niños.

La tía Raquel empujó a María haciéndola golpear en la cocina, la niña tuvo la opción y le echó encima lo que tenía cocinado en una olla, logrando que esta cayera al piso. En un descuido, María agarró a sus hermanos y se escaparon de ahí. No sabían dónde ir, pero lo que la niña sabía era que eso había sido lo mejor y que ahora tenía que actuar como hermana mayor.

Fueron a un orfanato y a los tres los adoptaron juntos. Una pareja que parecía ser buena gente. María ayudaba a su nueva mamá a cocinar, así los tres hermanos crecieron juntos y felices.

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